La Guía para padres y madres forma parte del programa KiVa; una herramienta anti acoso desarrollada para progenitores y tutores. El propósito de esta guía es ofrecerles información sobre el acoso en la escuela, lo que se sabe acerca de este fenómeno y lo que se puede hacer al respecto en casa y en la escuela.
El acoso es cuando se hace daño de manera reiterada y deliberada a LA MISMA PERSONA. El perpetrador es una o varias personas ante las cuales la víctima tiene dificultades para defenderse. El acoso no es un juego inocente, no forja el carácter, y no se sobrevive a él mediante la venganza. El acoso es siempre una violación grave de los derechos de una persona y degrada su valía y dignidad humana.
El acoso puede ser visible o encubierto por naturaleza. Las formas visibles son el abuso físico o emocional. El acoso indirecto es menos perceptible. Merma las relaciones sociales de la víctima. La manifestación de estas formas de acoso mencionadas anteriormente se limita a la escuela, mientras que el ciberacoso alcanza a la víctima en cualquier momento y lugar.
Un niño o niña que acosa a otros no suele actuar solo. Suele tener sus ayudantes y reforzadores. La víctima puede tener quien le defienda, pero la mayoría del alumnado en las situaciones de acoso escolar se echa a un lado y las aprueba en silencio. El acoso puede ir convirtiéndose poco a poco en en una parte de la vida rutinaria en la escuela.
Los que acosan a otros suelen tener la necesidad de que se les vea y se les escuche, de que se les admire y de ganar poder en el grupo. Con frecuencia, el blanco elegido para el acoso es un niño o una niña o un adolescente inseguro, tímido, que tiene ya un estatus social bajo en el grupo o que tiene pocas amistades o ninguna. Uno no acaba siendo acosador o victima únicamente por los rasgos individuales; estos roles también se ven influidos por las expectativas de los demás y las normas de la clase.
Las señales por sí solas no indican que tu hijo o hija esté sufriendo acoso. Los padres y madres son los que mejor conocen a sus vástagos y la manera en la que expresan su frustración. Un aspecto importante a considerar es un cambio en el comportamiento del alumno con respecto a cómo era antes; por ejemplo, si a un niño antes le gustaba ir al colegio y ya no quiere ir.
A nivel de la escuela, el objetivo del programa KiVa es ofrecer información básica sobre el acoso y las maneras de abordarlo. A nivel de la clase, el propósito es educar al alumnado para que, en lugar de aprobar en silencio o animar a los acosadores, empiecen a apoyar a la víctima, transmitiendo así que no aprueban el acoso escolar. A nivel de los alumnos y alumnas, las medidas clave son las conversaciones para abordar la situación. Las conversaciones siempre incluyen un seguimiento para asegurarse de que el acoso haya terminado realmente.
El propósito de abordar la situación es apoyar a la víctima, aumentar su confianza y asegurarse de que el acoso acabe. Sería recomendable contactar con el equipo KiVa de tu escuela para hablar de lo ocurrido. En su formación, los miembros del equipo han aprendido medidas para abordar cada caso de acoso escolar.
Muéstrate tranquilo y decidido cuando hables del acoso con tu hijo o hija. Deja bien claro que no aceptas el acoso. Dile que quieres apoyarle para poner fin al acoso. Pensad juntos en diferentes métodos que se pueden emplear para controlar la ira y gestionar la decepción. También puedes pensar en lo que puede hacer tu hijo o hija para apoyar a la víctima; por ejemplo, podría saludarla y animarla con una sonrisa. Como mínimo, puede comprometerse a no participar en el acoso de ninguna manera.